Medio Ambiente y Tecnología
Desde tiempos prehistóricos, el
hombre ha utilizado sus conocimientos para fabricar herramientas y máquinas
para servir a sus propósitos, desde la rueda al ordenador. Algunos ahora alaban
la tecnología como el fundamento de toda prosperidad, y creen que debieran
imponerse pocas restricciones a su desarrollo. Otros la condenan como la causa
de masivo daño al medio ambiente, y hacen un llamado a la imposición de
controles estrictos. Pero la verdad es que es ambas cosas, y ninguna de las
dos. La tecnología ha ayudado a traer riqueza a gran parte del mundo, mas
también ha sido el instrumento de mucho del daño ocasionado al planeta y a la
vida sobre él. Pero en sí misma es neutral: por bien o por mal, sus efectos
dependen del uso que nosotros hacemos de ella.
Además del creciente reemplazo de los
ambientes naturales (cuya preservación en casos particularmente deseables ha
obligado a la creación de parques y
reservas naturales), la extracción de ellos de materiales o su contaminación
por el uso humano, está generando problemas de difícil reversión. Cuando esta
extracción o contaminación excede la capacidad natural de reposición o
regeneración, las consecuencias pueden ser muy graves. Son ejemplos:
·
La deforestación.
·
La contaminación de los suelos, las aguas y la atmósfera.
·
El calentamiento global.
·
Las lluvias ácidas.
·
La extinción de especies animales y
vegetales.
·
La desertificación por el uso de malas
prácticas agrícolas y ganaderas.
Se pueden mitigar los efectos que las
tecnologías producen sobre el medio ambiente estudiando los impactos
ambientales que tendrá una obra antes de su ejecución, sea ésta
la construcción de un caminito en la ladera de una montaña o la instalación de
una gran fábrica de papel a la vera de un río. En muchos países estos estudios
son obligatorios y deben tomarse recaudos para minimizar los impactos negativos
(rara vez pueden eliminarse por completo) sobre el ambiente natural y maximizar
(si existen) los impactos positivos (caso de obras para la prevención de aludes
o inundaciones).
Para eliminar completamente los
impactos ambientales negativos no debe tomarse de la naturaleza o incorporar a
ella más de los que es capaz de reponer, o eliminar por sí misma. Por ejemplo,
si se tala un árbol se debe plantar al menos uno; si se arrojan residuos
orgánicos a un río, la cantidad no debe exceder su capacidad natural de
degradación. Esto implica un costo adicional que debe ser provisto por la
sociedad, transformando los que actualmente son costos externos de las actividades
humanas (es decir, costos que no paga el causante, por ejemplo los
industriales, sino otras personas) en costos internos de las actividades responsables
del impacto negativo. De lo contrario se generan problemas que deberán ser
resueltos por nuestros descendientes, con el grave riesgo de que en el
transcurso del tiempo se transformen en problemas insolubles.
El concepto de desarrollo sustentable o sostenible tiene
metas más modestas que el probablemente inalcanzable impacto ambiental nulo. Su
expectativa es permitir satisfacer las necesidades básicas, no suntuarias, de
las generaciones presentes sin afectar de manera irreversible la capacidad de
las generaciones futuras de hacer lo propio. Además del uso moderado y racional
de los recursos naturales, esto requiere el uso de tecnologías específicamente
diseñadas para la conservación y protección del medio ambiente.
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